ACTUACIÓN, EL ACTOR, FEDERICO HERRERO NICOLÁS FRANCISCO HERRERO

 Nos comenta Federico Herrero, que en el teatro la búsqueda de los distintos creadores gira alrededor de mantener la cuarta pared o romperla, o combinación de estas posibilidades.

La cuarta pared es la pared invisible imaginaria que está al frente del escenario.

Federico Herrero, considera esta cuarta pared, como que el espectador mira lo que está ocurriendo en la obra por una ventana. 

El concepto, estuvo originado en el teatro a fines del 1800, con la llegada del naturalismo teatral, sobre todo en el teatro  Francés y Ruso. 

Romper la cuarta pared, o romper la cuarta barrera, es un término original del director de escena, que se ha adaptado a la televisión y al cine.

En el caso del cine, cuenta con una nomenclatura específica, donde los personajes se mantienen en el off homogéneo hasta que se dirigen de algún modo a los espectadores, en cuyo caso hablamos del off heterogéneo.
En el teatro las acciones ocurren dentro de tres paredes, una a la izquierda, una a la derecha y una al fondo.

La cuarta pared es, figurativamente hablando, la que separa al público de lo que ocurre en escena. Pero si de pronto un actor se dirige al público para pedir su participación o si el guión exige interactuar con los espectadores, entonces se dice que se está rompiendo la cuarta pared. 

De esta definición se excluye el clásico concepto de soliloquio en el cual un personaje se dirige directamente al público para expresar pensamientos en su mente o palabras que en la acción se supone murmura en voz baja para evitar ser oído por otros personajes en escena.
Un ejemplo clásico está presente en la mayoría de las obras de William Shakespeare, donde los personajes se dirigen al espectador.

Otro ejemplo está en la obra "El Ensueño" de August Strindberg, en la cual los personajes se quejan del trabajo duro o el mal trato que se les da dirigiendo su atención hacia el espectador.

Un ejemplo más puede ser la comedia de Moliere "El Avaro", la cual tiene la peculiar característica de que el protagonista se suele dirigir al público para decir alguna humorada o contar algo.

Muchos dibujos animados para niños pequeños se caracterizan por romper la cuarta pared al hablar con los niños para que les ayuden a resolver pequeños acertijos.

Lo más interesante del off-heterogéneo o del salto de la cuarta pared es su sentido en el contexto de la narrativa, donde dicha acción supone una ruptura en la continuidad  de la narración. 

De hecho, uno de sus efectos es que fuerza a los espectadores a hacerse conscientes de sí mismos, una condición que queda en suspenso cuando estos atienden plenamente a la propia narración.Nos comenta Federico Herrero, que en el teatro la búsqueda de los distintos creadores gira alrededor de mantener la cuarta pared o romperla, o combinación de estas posibilidades.
La cuarta pared es la pared invisible imaginaria que está al frente del escenario.
Federico Herrero, considera esta cuarta pared, como que el espectador mira lo que está ocurriendo en la obra por una ventana. 
El concepto, estuvo originado en el teatro a fines del 1800, con la llegada del naturalismo teatral, sobre todo en el teatro  Francés y Ruso. 
Romper la cuarta pared, o romper la cuarta barrera, es un término original del director de escena, que se ha adaptado a la televisión y al cine.
En el caso del cine, cuenta con una nomenclatura específica, donde los personajes se mantienen en el off homogéneo hasta que se dirigen de algún modo a los espectadores, en cuyo caso hablamos del off heterogéneo.
En el teatro las acciones ocurren dentro de tres paredes, una a la izquierda, una a la derecha y una al fondo. La cuarta pared es, figurativamente hablando, la que separa al público de lo que ocurre en escena. Pero si de pronto un actor se dirige al público para pedir su participación o si el guión exige interactuar con los espectadores, entonces se dice que se está rompiendo la cuarta pared. 
De esta definición se excluye el clásico concepto de soliloquio en el cual un personaje se dirige directamente al público para expresar pensamientos en su mente o palabras que en la acción se supone murmura en voz baja para evitar ser oído por otros personajes en escena.
Un ejemplo clásico está presente en la mayoría de las obras de William Shakespeare, donde los personajes se dirigen al espectador.
Otro ejemplo está en la obra "El Ensueño" de August Strindberg, en la cual los personajes se quejan del trabajo duro o el mal trato que se les da dirigiendo su atención hacia el espectador. Un ejemplo más puede ser la comedia de Moliere "El Avaro", la cual tiene la peculiar característica de que el protagonista se suele dirigir al público para decir alguna humorada o contar algo.
Muchos dibujos animados para niños pequeños se caracterizan por romper la cuarta pared al hablar con los niños para que les ayuden a resolver pequeños acertijos.
Lo más interesante del off-heterogéneo o del salto de la cuarta pared es su sentido en el contexto de la narrativa, donde dicha acción supone una ruptura en la continuidad  de la narración. 
De hecho, uno de sus efectos es que fuerza a los espectadores a hacerse conscientes de sí mismos, una condición que queda en suspenso cuando estos atienden plenamente a la propia narración.
Este efecto constituye un recurso narrativo al servicio del narrador no necesariamente ni positivo ni negativo para la narración.
Muchos autores respetables afirman que la cuarta pared no se rompe realmente, sino que se «dobla». Si se rompiese estaría el actor en la situación de haber perdido a su personaje.
Hay algunas obras de teatro que emplean escenas rodadas y que están, además, grabadas a modo de película con el único propósito de poder romper libremente la cuarta pared e interactuar con el público del teatro (el espectador de la película no interactúa, ya que esa «segunda» cuarta pared no se rompe normalmente), como es el caso de la obra "Al Violador", del autor Osvaldo Dragún.