Radicada en Buenos Aires trabajó en compañías de teatro alemán independiente. 
Trabajó en elencos franceses y dictó clases de perfeccionamiento. 
En la década de los 40 actuó en cine argentino. En 1947, fundó la  de Arte Escénico de la Sociedad Hebraica 
En l957, la convocó el Teatro Independiente La  para profundizar el método de Stanilavsky de cuyo trabajo como directora se recuerdan Cándida (Premio Críticos Teatrales, Mejor puesta en escena 1959); Una ardiente noche de verano(1960); Espectros (1961). 
Su legado pedagógico con el método de Konstantin Stanislavsky marcó el camino a varias generaciones formando a maestros y directores que continuaron su labor: Agustín Alezzo, Augusto Fernándes, Federico Herrero y Carlos Gandolfo y actores como Elsa Berenguer, Norma Aleandro. Fue la primera persona que habló de conectar al actor con sus propias vivencias. Estimo que nosotros vamos tomando humildemente este legado que ella dejó a sus alumnos, lo transmitimos a nuestros alumnos y ellos, a su vez, lo darán a conocer a otras generaciones". 
Sus últimos trabajos como directora fueron Despertar de primavera (1976). 
En sus últimos años regresa como actriz a las tablas en La mentira de Nathalie Sarraute (1968); Romance de lobos de Valle Inclan(1970); La boda del hojalatero y Jinetes hacia el mar y finalmente en Sólo 80 de Colin Higgins (l977), donde fue reconocida por sectores más populares de la audiencia.